Llevo 10 años creándole respuestas a esta pregunta: cómo cuento para que otros se coman el cuento. Y, sin embargo, todavía no resuelvo cómo contar mi propio cuento.

Por un lado, la señora adulta que me habita, quisiera contarlo alardeando de mis tres libros, autopublicados, de las muchas empresas que he acompañado en consultoría. Y, si todavía le queda tiempo, listando las conferencias que he dictado a cientos de personas.

Pero, por otro lado, la niña soñadora -que fui y sigo siendo-, solo quisiera contar que he creado, creo y seguiré creando para demostrar que las historias son lo que hacen que el mundo, en vez de girar, baile.

Me divido entre cuál de esas dos versiones escoger. Y, como ya dije: no sé dividir. Entonces, ahí le dejo ambas para que usted, que ahora lee -y que tal vez si sabe dividir-, escoja.